¿Sabéis que el agua tiene memoria? Dicen que cuando se seca o la cambian de sitio, vuelve a caminar por el mismo lugar, como si tuviese memoria y supiera que por ahí por debe transitar, es tan fuerte que arrastra todo lo que encuentra a su paso, es su camino y debe ir por el mismo curso durante toda la existencia. Y su piel, la piel de agua, es la que lleva todos esos recuerdos siempre.
La vida tiene memoria en la piel de cada uno. Mi madre siempre dice que las personas somos como el agua, tenemos la misma memoria y la misma piel, también aprendemos a caminar como el agua, en una dirección y, aunque se desvíe su curso, con el tiempo vuelve a su camino original, arrancando la piel de la tierra y llevándola siempre en su cause.
Lo llama piel de agua. Dice que arrastramos nuestras emociones, nuestros hábitos, nuestras costumbres, siempre en la dirección inicial. Así somos los seres humanos, repetimos aquello que nos han tatuado en la memoria.
Sí, atamos los zapatos de una manera y volvemos a atarlos de ese modo, porque así lo hemos guardado. Esta es nuestra forma de comportarnos, y la copiamos de los demás inconscientemente, repetimos lo mismo una y otra vez porque no podemos evitarlo, está guardado en nuestra piel, y su efecto en la vida es igual al que se produce en el agua: siempre retornamos a nuestro curso original.